Señoras y señores, ¿sabían que Japón y Europa han estado intercambiando culturas desde hace aproximadamente 500 años? Aunque geográficamente distantes, las relaciones diplomáticas entre Japón y Europa comenzaron cuando los barcos portugueses llegaron a Japón durante la era de los grandes descubrimientos. En esta ocasión, les presentaré la historia de las relaciones diplomáticas entre Japón y Europa.
El primer contacto y el comercio Nanban
El primer encuentro entre Japón y Europa se remonta a 1543, cuando los portugueses llegaron a Tanegashima y trajeron consigo las primeras armas de fuego a Japón. Este evento impulsó el uso y la fabricación de armas de fuego en Japón, revolucionando las tácticas de guerra durante el período Sengoku. El primer señor feudal japonés en conocer las armas de fuego fue Shimazu Yoshihisa de Tanegashima, y su uso se extendió rápidamente por todo el país. Oda Nobunaga, en particular, fue un gran promotor de las armas de fuego.
Durante este período, los misioneros cristianos también llegaron a Japón y comenzaron a difundir el cristianismo. Francisco Javier aterrizó en Kagoshima en 1549, y el cristianismo se extendió rápidamente por todo el país.
Además, durante esta época se desarrolló un intenso comercio conocido como el comercio Nanban, a través del cual se intercambiaron valiosos bienes y conocimientos entre las dos culturas. Productos japoneses como la seda y la cerámica se exportaron a Europa, mientras que el cristianismo, la ciencia y tecnología occidentales, y la moda fueron introducidos en Japón.
(Cita de imagen: 文化世界遺産オンライン)
La política de aislamiento y el intercambio limitado
Con el inicio del período Edo, el gobierno japonés, liderado por el shogunato, implementó una política de aislamiento (sakoku) para estabilizar el país, limitando drásticamente el intercambio con el extranjero. Durante esta política, que se extendió desde principios del siglo XVII hasta mediados del siglo XIX, Japón restringió severamente el comercio y la comunicación directa con el extranjero. Sin embargo, incluso durante este período, hubo intercambios importantes, aunque limitados, entre Japón y Europa, especialmente a través de los Países Bajos.
Bajo la política de sakoku, los Países Bajos fueron el único país occidental al que se le permitió comerciar con Japón, a través de la pequeña isla de Dejima en Nagasaki. Los holandeses desempeñaron un papel crucial en la transmisión de conocimientos científicos, médicos y tecnológicos de Occidente a Japón. La medicina holandesa, conocida como "Rangaku", tuvo un impacto significativo en Japón durante este período, especialmente con la traducción de la "Anatomia" de Kaitai Shinsho, introduciendo la medicina occidental en Japón. El conocimiento astronómico holandés también contribuyó a la reforma del calendario japonés y al avance de las técnicas de observación astronómica. Además, se introdujeron en Japón diversas tecnologías europeas como la fabricación de vidrio, relojería y siderurgia.
(Cita de imagen: ナガジン)
La Restauración Meiji y la asimilación de la tecnología occidental
La llegada del comodoro Perry en 1853 marcó el fin del aislamiento de Japón y, tras la Restauración Meiji, Japón adoptó una política de asimilación activa de la tecnología, el conocimiento y la cultura occidentales. Bajo el espíritu de "civilización e ilustración", el gobierno japonés envió a muchos japoneses a Europa para aprender sobre la ciencia, la tecnología industrial y los sistemas políticos occidentales. La misión Iwakura, que inspeccionó varios países europeos, introdujo numerosas tecnologías en Japón, expandiendo enormemente las relaciones entre Japón y Europa.