El matcha, que ahora es popular en todo el mundo, tiene una historia variada antes de convertirse en un elemento cultural arraigado en Japón. Por ejemplo, puede sorprender saber que inicialmente el matcha se difundió no como una bebida, sino más bien como una forma de medicina.
Hoy en día, el matcha está intrínsecamente entrelazado con la cultura japonesa y es amado por muchos japoneses, aunque no todos están familiarizados con la historia detrás de cómo se desarrolló. Por lo tanto, en esta ocasión, presentaremos la historia del matcha en Japón.
El origen del matcha se remonta a su importación desde China
El matcha hizo su primera aparición en Japón en el año 805, importado desde China. En ese momento, Japón estaba enviando delegaciones a China, un país con un desarrollo avanzado en civilización y política, con el objetivo de incorporar sus mejores aspectos en Japón. Durante estas misiones, dos enviados, Saichō y Kūkai, trajeron semillas de matcha de China a Japón.
El matcha importado a Japón era extremadamente caro en ese momento, por lo que solo un número limitado de personas de ciertos estratos sociales, como monjes y nobles, podían permitírselo. Además, el envío de delegaciones a China se descontinuó, lo que hizo imposible continuar importando semillas de manera continua desde China.
Debido a estos factores, como el hecho de que solo las clases altas podían consumirlo y la discontinuación de las delegaciones a China, el matcha no logró difundirse ampliamente en Japón en ese momento.
La era Kamakura: cuando el matcha comenzó a difundirse
Durante la era Kamakura, cuando los samuráis tomaron el control del gobierno, un monje llamado Eisai trajo semillas de matcha de China a Japón después de sus estudios. No solo trajo las semillas, sino que también escribió un tratado titulado "Kissa Yōjōki" (Notas sobre los beneficios del té), que detallaba cómo preparar el matcha, su etiqueta, efectos y beneficios. La creación de este libro sobre el matcha permitió que una comprensión más profunda del mismo se difundiera entre los japoneses. Además, fue la primera vez que el cultivo del matcha se llevó a cabo de manera formal. El impacto del "Kissa Yōjōki" fue el siguiente:
Método de producción: Hasta entonces, en Japón era común beber té infusionado. Sin embargo, la aparición de este libro popularizó el método de beber matcha en polvo, que sigue siendo el predominante hoy en día, estableciendo así la base de la cultura del té verde.
Etiqueta: En aquel momento en China, era costumbre compartir el té preparado en una tetera entre todos, varias veces al día, durante los descansos del entrenamiento o antes de irse a dormir. Esta etiqueta estaba imbuida con la idea de unir los corazones y las mentes en la búsqueda del entrenamiento. Además, durante eventos importantes se realizaba una ceremonia de té en grupo donde todos los participantes bebían té juntos. La introducción de esta ceremonia de té en Japón condujo al desarrollo posterior de la ceremonia del té japonesa, o Chanoyu.
Efectos y beneficios: Se documentó que los componentes del matcha podían ayudar a mejorar la función de los órganos y contribuir a la salud y la longevidad. Como sugiere el título del libro, el matcha se promovió no solo como una bebida, sino también como una medicina, destacando sus efectos beneficiosos para la salud.
Cultivo: El efecto estimulante del matcha resultó ser muy beneficioso para las rigurosas prácticas de meditación del Zen, llevando a la expansión de su cultivo dentro de los templos. Además, los métodos de cultivo del matcha fueron transmitidos a Myōe Shōnin del Templo Kozan-ji en Toganoo, Kioto, lo que llevó al desarrollo de plantaciones de té formales.
En esta era, dado que los samuráis tomaron el control por primera vez, el matcha también se utilizó como una herramienta de socialización entre ellos. Con la formalización del cultivo del matcha, surgió una cultura de "Tōcha" entre los samuráis, un juego que consistía en adivinar el origen del té, similar al papel que juega el vino hoy en día. Eventualmente, "Tōcha" llegó a involucrar apuestas y fue prohibido, pero esto muestra cuán extendido estaba entre los samuráis.
Aunque Eisai no fue el único en traer matcha de China a Japón, fue el único en difundir sus beneficios, métodos de preparación, etiqueta y técnicas de cultivo entre el público. Por esta razón, Eisai es a menudo referido como el patriarca del té y se considera una figura fundamental en la cultura del matcha japonés.
Kyoto-Uji se convierte en la región famosa por el matcha
Originalmente, Uji en Kyoto ya se dedicaba al cultivo del té debido a su proximidad a la capital, así como por su clima templado y neblinoso, que resultaba ideal para el cultivo del té. Durante la era Muromachi, con el tercer shogun Ashikaga Yoshimitsu, los campos de té en Uji recibieron un trato especial como proveedores de matcha para el gobierno, lo que rápidamente convirtió a Uji en una región famosa por su matcha.
Ashikaga Yoshimitsu es conocido por la construcción del Kinkaku-ji, pero también jugó un papel crucial en la promoción del matcha en Uji.
En esta época, el matcha también empezó a ser aceptado como bebida entre los samuráis, y el acto de beber té se convirtió en una tendencia en esta clase guerrera.
La cultura del wabi-cha se difunde por Sen no Rikyu
En la era Azuchi-Momoyama, Sen no Rikyu difundió la cultura del wabi-cha. El wabi-cha se caracteriza por su simplicidad y por disfrutar del té en un ambiente tranquilo, lo que también se refleja en la forma moderna de beber matcha. Beber matcha en una habitación tranquila y sencilla permite la introspección y el desarrollo espiritual.
Esta forma de beber té es completamente diferente a la práctica anterior de beber té en medio del bullicio y la agitación. En un periodo de constantes guerras, el wabi-cha se popularizó entre personas con un estado mental agitado, y figuras como Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi también favorecían esta práctica.
El nacimiento del matcha verde
En 1738, Soen Nagatani, un empresario del té, estableció un método de producción de té que permitía obtener matcha de color verde en lugar del color marrón tradicional. Aunque pueda sorprender, el matcha no adquirió su característico color verde hasta el año 1738, en la era Edo. El matcha verde creado por Soen Nagatani se hizo muy popular debido a su aroma y sabor intensificados.
Además, hacia finales de la era Edo, el comerciante de té de Edo, Yamamoto Kazaemon, desarrolló el gyokuro, un tipo de té aún más refinado y de mayor calidad que los anteriores.
Con la consolidación de estos métodos de producción del matcha, su popularidad se extendió gradualmente por todo Japón.
La aparición de la tetera aceleró la popularización del matcha en los hogares comunes
En esta época, la maquinaria para la producción de matcha se desarrolló, haciendo posible la producción en masa del matcha.
Luego, en la era Taisho, la tetera se popularizó. Con la aparición de la tetera, el matcha se pudo disfrutar en los hogares comunes simplemente vertiendo agua caliente.
De esta manera, el matcha comenzó a ser disfrutado en diversos contextos en Japón.
El matcha japonés se convierte en un "MATCH" mundial
Alrededor del año 2010, los temas de antienvejecimiento y salud se convirtieron en temas candentes entre las celebridades.
En ese momento, los beneficios para la salud del matcha ganaron atención, lo que llevó a su rápida difusión en regiones fuera de Japón. Ahora, el matcha no solo es popular en Japón, sino que se ha convertido en una bebida amada en todo el mundo.
Conclusión
¿Qué les ha parecido? El matcha, como hemos introducido, ha recorrido una larga historia y se ha entrelazado profundamente con la cultura japonesa, siendo amado por los japoneses. Y ahora, el matcha ha trascendido los límites de Japón para ganar popularidad en todo el mundo. ¡Esperamos que todos puedan conocer más sobre las bondades del matcha y probarlo!