¿Sabían que, aunque es muy conocido por haber ganado la Batalla de Sekigahara y establecido el shogunato de Edo, pasó parte de su infancia como rehén? Es sorprendente pensar que el hombre que unificaría Japón y fundaría un gobierno shogunal alguna vez fue un rehén.
Además, existe una anécdota vergonzosa que dice que, en una ocasión durante la guerra, Ieyasu se asustó tanto que se defecó en los pantalones. Hoy, vamos a explorar algunos aspectos menos conocidos de la vida de Tokugawa Ieyasu.
¿Qué hizo Tokugawa Ieyasu?
Tokugawa Ieyasu es conocido como el gran unificador que puso fin al período Sengoku y es considerado uno de los samuráis más influyentes de la historia japonesa, junto a Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi. Su vida comenzó como rehén en medio de un entorno político difícil, pero su habilidad política y estratégica cambió el curso de la historia de Japón.
De niño, Ieyasu fue rehén del clan Oda, lo que le permitió aprender a sobrevivir en un entorno político hostil desde una edad temprana. Tras una alianza con Oda Nobunaga y una paciente lealtad bajo Toyotomi Hideyoshi, Ieyasu demostró su capacidad para evaluar el momento y el lugar adecuados para actuar. Después de la muerte de Hideyoshi, Ieyasu consolidó su poder al ganar la Batalla de Sekigahara, logrando así la unificación de Japón.
En 1603, Ieyasu fue nombrado Shogun y estableció su gobierno en Edo (la actual Tokio), inaugurando el período Edo que duró aproximadamente 260 años. Este período se caracterizó por la estabilidad política y el desarrollo cultural, manteniendo la paz bajo el firme control del shogunato Tokugawa.
Una de las citas famosas de Ieyasu es “Si el cuco no canta, haré que cante,” que refleja su actitud proactiva y positiva, subrayando la importancia de tomar acción en todo. Entre sus anécdotas, se destaca su calma y habilidad para evaluar situaciones, así como su respeto hacia los enemigos. Su magnanimidad durante el intercambio de rehenes le ganó el respeto de muchos contemporáneos.
Tokugawa Ieyasu no solo fue un señor feudal del período Sengoku, sino que también implementó políticas con miras al futuro de Japón, sentando las bases para la paz y prosperidad a largo plazo. Su gobierno fortaleció el sistema político centralizado en Japón y abrió el camino hacia una era dorada de economía y cultura.
Cronología de la Vida de Tokugawa Ieyasu
Ahora, veamos en forma de cronología la vida de Tokugawa Ieyasu para entender mejor su trayectoria:
Año | Evento |
1543 | Nace en la provincia de Mikawa |
1547 | Se convierte en rehén de los clanes Oda e Imagawa. |
1560 | Se independiza tras la Batalla de Okehazama. |
1562 | Forma una alianza con Oda Nobunaga. |
1582 | Incidente de Honnō-ji, seguido por la travesía “Shin-kun Iga-goe” (la huida por Iga). |
1600 | Victoria en la Batalla de Sekigahara. |
1603 | Se convierte en shogun y establece el shogunato Tokugawa en Edo. |
1615 | Destruye al clan Toyotomi. |
1616 | Muere de enfermedad en el castillo de Sumpu. |
1547: Se convierte en rehén de los clanes Oda e Imagawa
La vida de Tokugawa Ieyasu comenzó en el clan Matsudaira de la provincia de Mikawa, con su nombre de infancia siendo “Takechiyo.” Cuando Takechiyo tenía solo 6 años, su padre, Matsudaira Hirotada, fue derrotado en una batalla contra Oda Nobuhide (padre de Oda Nobunaga), y Takechiyo fue enviado como rehén al clan Oda. Separarse de su familia a una edad tan temprana debió ser un dolor inimaginable para el joven.
Solo dos años después, en 1549, Takechiyo sufrió otro golpe devastador. Su padre, Hirotada, falleció. Existen varias teorías sobre la muerte de Hirotada, algunas dicen que murió de enfermedad, mientras que otras sugieren que fue asesinado por sus propios subordinados. Independientemente de la causa, la muerte de su padre hizo que el joven Takechiyo se convirtiera en el jefe del clan Matsudaira, una responsabilidad enorme para un niño.
El destino no dejó de probarlo. Esta vez, Imagawa Yoshimoto atacó a los Oda bajo el pretexto de proteger al clan Matsudaira, y Takechiyo fue enviado como rehén al clan Imagawa. Bajo la protección del clan Imagawa, Takechiyo pasó tiempo en el castillo de Sunpu, marcando una etapa crucial en su vida. A los 14 años, alcanzó la mayoría de edad y recibió el nombre de “Matsudaira Motonobu,” tomando el carácter “Moto” de Imagawa Yoshimoto. Este momento representó su reconocimiento como adulto y el inicio de su nueva vida como guerrero.
1560: Se independiza tras la Batalla de Okehazama y forma una alianza con Oda Nobunaga
En 1560, tuvo lugar la Batalla de Okehazama, un evento crucial en la vida de Tokugawa Ieyasu. Durante esta batalla, Oda Nobunaga derrotó al poderoso daimyo Imagawa Yoshimoto, el señor al que Ieyasu servía como vasallo. Aprovechando la confusión y el debilitamiento del clan Imagawa, Ieyasu se independizó y se liberó del control del clan Imagawa.
Poco después, Ieyasu formó una alianza estratégica con Oda Nobunaga. Esta alianza resultó ser fundamental para su ascenso al poder. A través de esta colaboración, Ieyasu pudo consolidar su posición y expandir su influencia en la región. La asociación con Nobunaga también le proporcionó un fuerte respaldo militar y político, sentando las bases para su futuro éxito.
Este período marcó el comienzo de la ascensión de Ieyasu como líder independiente y fue un paso crucial hacia su eventual unificación de Japón.
1582: Después del Incidente de Honnō-ji, la Huida de Ieyasu a Través de Iga
En junio de 1582, Japón estaba experimentando un gran cambio durante el período Sengoku. Ocurrió el incidente de Honnō-ji, donde Oda Nobunaga fue asesinado en Kioto por Akechi Mitsuhide. Este evento conmocionó a muchos daimyos, incluyendo a Tokugawa Ieyasu. En ese momento, Ieyasu estaba en Sakai, en la provincia de Izumi, habiendo sido invitado por Nobunaga para un recorrido por la región de Kinai. Solo tenía alrededor de 30 seguidores con él, lo que lo dejaba en una posición muy vulnerable.
Al recibir la noticia, Ieyasu y su pequeño grupo de vasallos discutieron si debían unirse a la batalla en Kioto. Sin embargo, juzgaron que sería imprudente con tan pocos hombres, y decidieron regresar urgentemente a su hogar en Mikawa. Eligieron la ruta más corta y segura, conocida como la “Huida a través de Iga”. Esta ruta iba desde Sakai a través de Minami-Yamashiro, cerca de Shigaraki en Ōmi, pasando por Maruyama en Iga y cruzando las montañas de Suzuka hasta la provincia de Ise.
El viaje fue extremadamente difícil. Había amenazas de levantamientos de campesinos y ataques de samuráis locales, y de hecho, fueron atacados en el camino. En medio de esta situación peligrosa, el ninja Hattori Hanzō, originario de Iga, jugó un papel crucial. Hanzō reunió a ninjas de Kōga e Iga para proteger a Ieyasu y su grupo mientras escapaban a Ise. Debido a esta experiencia, Ieyasu más tarde emplearía extensamente a los ninjas de Kōga e Iga.
Después de llegar a Ise, se dice que Ieyasu tomó un barco para regresar a Mikawa, aunque hay varias teorías sobre el lugar exacto desde donde embarcó. Finalmente, el 4 de junio, dos días después de salir de Sakai, Ieyasu llegó sano y salvo a Mikawa. Esta “Huida a través de Iga” no solo fue un viaje, sino que también representó uno de los tres mayores peligros en la vida de Tokugawa Ieyasu.
1600: Victoria en la Batalla de Sekigahara
En el año 1600, se libró una batalla decisiva en Sekigahara que marcó la historia de Japón. Esta batalla tuvo lugar en un contexto de vacío de poder y creciente conflicto entre los daimyos tras la muerte de Toyotomi Hideyoshi. Fue una confrontación entre el ejército del este, liderado por Tokugawa Ieyasu, y el ejército del oeste, encabezado por Ishida Mitsunari, que decidiría el destino de todo Japón.
Después de la muerte de Hideyoshi, el sistema de los Cinco Regentes y los Cinco Comisionados mantenía una frágil estabilidad. Sin embargo, las acciones de Ieyasu, que ignoraban las últimas voluntades de Hideyoshi, comenzaron a generar descontento entre otros daimyos. Ishida Mitsunari, en particular, se opuso a las maniobras de Ieyasu, lo que intensificó la rivalidad entre ambos. Ieyasu aumentó su influencia al promover matrimonios y intercambios de tierras entre daimyos sin consultar a los otros líderes.
La tensión entre Ieyasu y Mitsunari siguió creciendo hasta que Mitsunari decidió tomar medidas para detener el avance de Ieyasu. Al levantarse en armas, Mitsunari obligó a Ieyasu a regresar rápidamente al este para confrontarlo, liderando a sus seguidores hacia un enfrentamiento decisivo en Sekigahara.
La Batalla de Sekigahara enfrentó a unos 160,000 soldados de ambos bandos y se resolvió sorprendentemente en solo seis horas. Aunque inicialmente el ejército del oeste llevaba la ventaja, la traición de Kobayakawa Hideaki, quien desertó al bando de Ieyasu, resultó ser un factor decisivo. Su cambio de lealtad dio un impulso crucial al ejército del este, alterando rápidamente el curso de la batalla.
Ieyasu también utilizó estrategias de persuasión, ofreciendo recompensas a los daimyos del ejército del oeste para que se unieran a él. Estas tácticas funcionaron y, finalmente, el ejército del este logró una victoria aplastante.
Como resultado de esta batalla, Tokugawa Ieyasu se convirtió en el gobernante de facto de Japón y estableció las bases para el futuro shogunato Tokugawa. Esta victoria consolidó su poder y permitió la creación de un gobierno que mantendría la paz y la estabilidad en Japón durante más de 260 años.
1603: Se convierte en Shogun y establece el Shogunato Tokugawa en Edo
En 1603, Japón marcó el comienzo de una nueva era cuando Tokugawa Ieyasu fue nombrado shogun y proclamó la fundación del shogunato Tokugawa en Edo. Este acontecimiento histórico, que siguió a su victoria en la Batalla de Sekigahara, significó el inicio de una nueva fase en la que la familia Tokugawa tomaría el control político de Japón.
El título de shogun (Sei-i Taishōgun) era la posición más alta que un guerrero podía alcanzar, otorgada por el emperador y vista como una autoridad absoluta. La asunción de este título por parte de Ieyasu no solo le confería un honor prestigioso, sino que también demostraba a toda la nación que él y la familia Tokugawa se habían convertido en los líderes supremos de la clase samurái en Japón.
Después de su victoria decisiva en Sekigahara, Ieyasu absorbió eficazmente la autoridad que anteriormente estaba en manos del régimen Toyotomi. Este movimiento debilitó la influencia de los antiguos leales a Toyotomi, incluido Toyotomi Hideyori, y consolidó aún más la base de poder de los Tokugawa. En 1603, en el octavo año de Keichō, Ieyasu fue oficialmente nombrado shogun, consolidando su posición de liderazgo.
Al establecer la sucesión hereditaria del cargo de shogun, Ieyasu sentó las bases para que la familia Tokugawa gobernara Japón durante generaciones. Esto aseguró el dominio absoluto de los Tokugawa y envió un mensaje claro a otros daimyos y samuráis sobre la autoridad incuestionable del shogunato.
El nacimiento del nuevo gobierno en Edo trajo consigo una transformación significativa en la estructura política de Japón. El shogunato Tokugawa gobernó Japón durante los siguientes 260 años, durante los cuales Edo (la actual Tokio) se convirtió en el centro político y cultural del país.
1615: Las Campañas de Invierno y Verano de Osaka y la Destrucción del Clan Toyotomi
Tres años después de su victoria en la Batalla de Sekigahara, en 1603, Tokugawa Ieyasu se convirtió en shogun, consolidando su poder sobre Japón. Sin embargo, en Osaka, Toyotomi Hideyori, el hijo de Toyotomi Hideyoshi, y su madre, Yodo-dono, aún mantenían una influencia considerable, representando una amenaza potencial para Ieyasu.
Para socavar la influencia de los Toyotomi, Ieyasu recompensó a los daimyos que lo apoyaron en Sekigahara, debilitando gradualmente la lealtad al clan Toyotomi. Además, como parte de sus estrategias políticas, casó a su nieta, Senhime, con Hideyori para mantener una paz temporal. Ieyasu también abdicó a favor de su hijo Tokugawa Hidetada, consolidando la sucesión hereditaria del shogunato.
El pretexto para iniciar el ataque contra el clan Toyotomi llegó en 1614 con el incidente del grabado de la campana de Hōkō-ji. La inscripción en la campana del nuevo gran salón de Buda en Kioto incluía una oración por la paz nacional, con las palabras “kokka anko” (nación segura), que Ieyasu interpretó como una amenaza a su nombre. Además, la frase “kunshin hōraku shison inshō” (felicidad para los gobernantes y el pueblo, prosperidad para los descendientes) se interpretó como un desafío político por parte del clan Toyotomi.
Enfurecido, Ieyasu utilizó esto como excusa para exigir la evacuación del castillo de Osaka por parte de los Toyotomi, una demanda inaceptable para ellos. La Campaña de Invierno de Osaka comenzó en noviembre de 1614, cuando Ieyasu movilizó un ejército abrumador para sitiar el castillo de Osaka. El ejército Toyotomi, apoyado por comandantes como Chōsokabe Morichika y Sanada Yukimura, reunió a 100,000 soldados, aunque superados en número por los 300,000 del ejército Tokugawa.
El ejército Toyotomi optó por una defensa de asedio aprovechando la fortaleza del castillo de Osaka, mientras que el ejército Tokugawa empleó artillería moderna para bombardear el castillo. A pesar de la feroz resistencia de los defensores, incluyendo los contraataques de Yukimura desde la fortificación de Sanada-maru, los Tokugawa finalmente aceptaron una tregua en diciembre de 1614. Sin embargo, Ieyasu utilizó la tregua para desmantelar las defensas del castillo, llenando los fosos y destruyendo partes de las murallas.
La paz fue efímera. En abril de 1615, al rechazar las demandas de desmovilizar a sus ronin y abandonar el castillo, comenzó la Campaña de Verano de Osaka. Nuevamente, Yukimura destacó, llevando a Ieyasu al borde del suicidio, pero la llegada de refuerzos permitió a los Tokugawa recuperar el control. Finalmente, el castillo fue incendiado, y Hideyori se suicidó con la ayuda de Mōri Katsunaga, marcando la destrucción completa del clan Toyotomi.
Este evento consolidó el poder de Tokugawa Ieyasu y aseguró la supremacía del shogunato Tokugawa sobre Japón, eliminando cualquier amenaza significativa a su gobierno.
La Personalidad de Tokugawa Ieyasu
Tokugawa Ieyasu fue un destacado general y político que sobrevivió al período Sengoku de Japón y fundó el shogunato de Edo. Un rasgo que a menudo se enfatiza en su personalidad es su notable paciencia. Esta cualidad se manifestó en muchos aspectos de su vida, especialmente durante su difícil infancia y sus complejas relaciones con otros daimyos como Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi.
Un episodio que simboliza la personalidad de Ieyasu es el haiku asociado con él, Nobunaga y Hideyoshi. En este poema, Nobunaga dice: “Si el cuco no canta, lo mataré,” mostrando su decisión implacable. Hideyoshi dice: “Si el cuco no canta, lo haré cantar,” conocido por su estrategia y astucia. Por otro lado, Ieyasu dice: “Si el cuco no canta, esperaré hasta que lo haga,” subrayando su paciencia y disposición para esperar el momento adecuado.
La paciencia de Ieyasu tiene sus raíces en su infancia, cuando fue rehén a los seis años, primero del clan Oda y luego del clan Imagawa. Crecer en un entorno tan inestable le enseñó a mantener la calma en cualquier situación y a desarrollar una aguda sensibilidad para detectar oportunidades.
Además, Ieyasu aprovechó las lecciones aprendidas bajo Nobunaga y Hideyoshi. Después de convertirse en el gobernante supremo, buscó establecer un gobierno basado más en la política que en la guerra, buscando una estabilidad a largo plazo. Este enfoque permitió que el shogunato Tokugawa mantuviera la paz y evitara conflictos durante aproximadamente 260 años.
La Causa de la Muerte de Tokugawa Ieyasu
Tokugawa Ieyasu murió a los 75 años en el castillo de Sumpu, pero ¿cuál fue la causa de su muerte? Ha habido mucha especulación sobre esto a lo largo de los años. Una de las teorías más conocidas es que murió por comer demasiado tempura. A Ieyasu le gustaba la cetrería y tenía hobbies activos, y en sus últimos años, se dice que disfrutaba frecuentemente del tempura de pargo en el castillo de Tanaka. Según una anécdota, después de comer en exceso tempura de pargo, sufrió dolores abdominales durante la noche y nunca se recuperó completamente, lo que finalmente llevó a su muerte. Sin embargo, esta es solo una anécdota, y dado que murió tres meses después de comer tempura, es poco probable que esta sea la causa directa de su muerte.
Desde una perspectiva moderna, la causa más probable de su muerte se considera cáncer de estómago. En el “Tokugawa Jikki,” se detallan los síntomas que Ieyasu experimentó antes de su muerte, incluyendo pérdida de peso, vómito de sangre, heces negras y un gran bulto en el abdomen, todos ellos síntomas típicos del cáncer de estómago. A pesar de que Ieyasu se preocupaba mucho por su salud y tenía un gran interés en la medicina, se dice que no siguió los consejos de su médico personal y se automedicó, lo que podría haber agravado su condición.
Episodios de la Vida de Tokugawa Ieyasu
Finalmente, veamos algunos episodios de la vida de Tokugawa Ieyasu. ¡Ieyasu tiene numerosas historias notables, así que no te las pierdas!
Un Entusiasta de la Salud
Tokugawa Ieyasu es conocido por haber vivido una vida excepcionalmente larga para un samurái de la era Sengoku, alcanzando la edad de 75 años en una época en la que muchos guerreros morían a causa de heridas de guerra o enfermedades. Se dice que Ieyasu era un gran “entusiasta de la salud”.
Para mantenerse en forma, Ieyasu practicaba regularmente actividades físicas como la cetrería, la equitación y la natación. Estas actividades le permitieron mantenerse activo incluso en su vejez. En cuanto a su alimentación, evitaba los lujos y prefería alimentos simples y nutritivos como guisos, alimentos a la parrilla y arroz de cebada, lo que contribuyó significativamente a su salud.
Además, Ieyasu tenía un profundo conocimiento de la medicina tradicional china y solía preparar sus propios remedios. Desarrolló medicamentos como “Manbyo-tan” y “Gin’eki-tan,” que siempre llevaba consigo en pequeños recipientes. Incluso se dice que cuando su nieto Tokugawa Iemitsu cayó enfermo, Ieyasu preparó personalmente una medicina que ayudó considerablemente en su recuperación.
Es posible que el enfoque de Ieyasu en la salud y la autocontención se originara en su infancia inestable como rehén, donde aprendió la importancia del autocontrol y la moderación. Además, haber observado de cerca a otros líderes como Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi, quienes vivieron vidas intensas y agitadas que afectaron su salud, probablemente reforzó en Ieyasu la importancia de mantener una buena salud.
Estos esfuerzos y su atención constante a su bienestar físico y mental fueron clave para su longevidad y éxito continuo en una época de constante conflicto y cambio.
Un Gran Ahorrador
Tokugawa Ieyasu es conocido por haber llevado una vida frugal y austera a lo largo de su vida. Su hábito de ahorrar y evitar el gasto innecesario está documentado en muchas anécdotas, que muestran su profunda prudencia económica.
Una anécdota cuenta que Ieyasu rara vez compraba ropa nueva y usaba la misma ropa hasta que estaba completamente desgastada. Además, se dice que prefería usar un fundoshi (taparrabos) de color amarillo claro para que las manchas fueran menos visibles y así reducir la frecuencia de los lavados. Estas acciones demuestran su determinación de evitar el desperdicio en su vida diaria.
En cuanto a la alimentación, Ieyasu también practicaba la frugalidad. Hay una historia de que hacía los encurtidos extremadamente salados para que sus sirvientas evitaran pedir más comida, lo que ayudaba a reducir los costos de alimentación. Esta estricta actitud de ahorro afectaba a toda su casa.
Otra anécdota relata que cuando un trozo de papel que usaba para limpiarse las manos fue llevado por el viento, en lugar de sacar uno nuevo, Ieyasu fue a recoger el que se había volado, mostrando la importancia del ahorro. Cuando sus vasallos se rieron de esto, él respondió: “Con esto he conquistado el mundo,” subrayando cómo su frugalidad formaba parte de su estrategia para alcanzar el éxito.
El espíritu de ahorro de Ieyasu también se reflejó en su gestión política. A pesar de los enormes ingresos de las tierras bajo su control directo, Ieyasu fue muy moderado al otorgar tierras a sus principales vasallos. Esta prudencia contribuyó a la estabilidad a largo plazo del shogunato Tokugawa. La prudencia económica y el estilo de vida austero de Ieyasu cimentaron la base financiera del shogunato, sosteniendo una era de paz que duró aproximadamente 260 años.
Un Gran Estudioso
Tokugawa Ieyasu es conocido no solo como un destacado general del período Sengoku, sino también por su profundo amor por el conocimiento y su incansable deseo de aprender. Su dedicación al estudio abarcó una amplia gama de campos y se reflejó en su política y estrategia.
Ieyasu tenía un profundo interés en la literatura clásica y la historia, siendo un ávido lector de textos como “Los Analectos” de Confucio, “Shiji” (Registros del Gran Historiador) y “Azuma Kagami.” También estudió “Genji Monogatari” y mostró una profunda comprensión de la literatura. De estos textos, aprendió valiosas lecciones sobre política y relaciones humanas, que aplicó en su gobernanza.
Su interés por la ciencia y la tecnología también era notable. Ieyasu estaba fascinado por los relojes y los instrumentos de medición, y coleccionaba relojes occidentales, relojes de sol y relojes de arena, dedicándose a la gestión y registro del tiempo. Además, utilizó anteojos, que habían sido introducidos en Japón en 1551, y se le reconoce como la primera persona en Japón en usar lápices.
Ieyasu también mostró una gran curiosidad por el conocimiento extranjero. Se dice que aprendió matemáticas y geometría de William Adams, conocido como “Miura Anjin” en Japón. Este aprendizaje reflejaba su disposición a aceptar e integrar nuevas tecnologías y culturas tanto nacionales como internacionales en su política y estrategia.
Su interés por la historia era evidente en su estudio de figuras históricas como Minamoto no Yoritomo y Takeda Shingen, de quienes aprendió lecciones de sus éxitos y fracasos. Después de la caída del clan Takeda, Ieyasu acogió a los antiguos vasallos de Takeda, lo que fortaleció la base del clan Tokugawa.
La curiosidad intelectual de Ieyasu sentó las bases de su gobierno estable y se transmitió a su nieto Tokugawa Mitsukuni, quien comenzó la compilación del “Dainihonshi” (Gran Historia de Japón). La actitud de Ieyasu hacia el aprendizaje muestra que era más que un simple daimyo, sino un líder con una insaciable búsqueda de conocimiento.
Estas historias y características de Tokugawa Ieyasu no solo destacan su capacidad como líder militar y político, sino también su dedicación a la autodisciplina, el ahorro y el aprendizaje constante, cualidades que lo ayudaron a consolidar su poder y establecer una era de paz y estabilidad en Japón.
La Primera Gran Crisis de Tokugawa Ieyasu: La Rebelión Ikkō-ikki de Mikawa
Se dice que Tokugawa Ieyasu enfrentó tres grandes crisis en su vida, siendo la primera de ellas la Rebelión Ikkō-ikki de Mikawa en 1563. Esta rebelión fue desencadenada por un incidente en el que los vasallos de Ieyasu infringieron los derechos de inmunidad de los templos, lo que llevó a que los poderosos templos conocidos como los “Tres Grandes Templos de Mikawa” (Honshō-ji en Anjo, Jōgū-ji en Okazaki y Shōman-ji en Okazaki) se enfrentaran a Ieyasu.
La Rebelión Ikkō-ikki de Mikawa no fue solo una revuelta religiosa, sino que también tenía profundas implicaciones políticas. Los templos de la secta Ikkō y sus seguidores estaban descontentos con el régimen de Ieyasu. Muchos de los vasallos de Ieyasu eran seguidores de esta secta, lo que dividió al grupo de vasallos y llevó la disputa a una escala considerable. La red de templos y creyentes estaba apoyada por una poderosa red de contactos que incluía no solo campesinos, sino también comerciantes, transportistas y artesanos, otorgándoles un poder comparable al de los daimyos de la época.
El conflicto, que se prolongó desde finales del sexto año de Eiroku hasta alrededor de marzo del séptimo año (1564), fue extremadamente difícil para Ieyasu. Sin embargo, finalmente logró sofocar la rebelión, destruir los templos de la secta Ikkō y consolidar su control. Aunque esta guerra creó grietas entre Ieyasu y algunos de sus principales vasallos y oficiales, posteriormente fueron perdonados y volvieron a servir bajo su mando. Entre ellos estaban figuras como Honda Masanobu, Watanabe Moritsuna y Natsume Yoshinobu, quienes más tarde jugarían roles importantes como sus principales vasallos.
Esta crisis inicial enseñó a Ieyasu valiosas lecciones sobre la importancia de la diplomacia y la gestión de sus vasallos, habilidades que le serían esenciales en su camino hacia la unificación de Japón y la creación del shogunato Tokugawa.
¿Tokugawa Ieyasu Se Hizo en los Pantalones en la Batalla de Mikatagahara?
En 1572, a la edad de 31 años, Tokugawa Ieyasu enfrentó nuevamente una crisis en su vida: la Batalla de Mikatagahara, la segunda de las tres grandes crisis de Tokugawa Ieyasu. Ese año, Ashikaga Yoshiaki, de la capital, decidió separarse de Oda Nobunaga y aliarse con Takeda Shingen. Shingen vio esto como una gran oportunidad para tomar el control del país y decidió avanzar hacia Kioto a través de la provincia de Tōtōmi. En su camino, el castillo de Hamamatsu, territorio de Ieyasu, se encontraba en la ruta.
Los principales vasallos de Ieyasu le aconsejaron que se refugiara en el castillo de Hamamatsu, pero Ieyasu rechazó esta idea y decidió enfrentar al enemigo. Detrás de esta decisión estaba la creencia de que “permitir que el enemigo pase por debajo del castillo sería una vergüenza para un guerrero”. Según la lectura de sus vasallos, el ejército de Shingen necesitaría regresar a casa para la siembra de arroz en primavera, por lo que no se esperaba una guerra prolongada. Sin embargo, Ieyasu anticipó que Shingen atacaría de manera inesperada y decidió salir al encuentro.
Shingen, a su vez, había previsto la salida de Ieyasu y había planeado atraerlo a Mikatagahara para una batalla decisiva. Como resultado, el ejército de Ieyasu sufrió una gran derrota, y él mismo estuvo a punto de perder la vida. Se dice que Ieyasu, aterrado por la fuerza del ejército de Takeda, se hizo en los pantalones. En el dolor y la reflexión tras la derrota, Ieyasu se quitó la armadura inmediatamente después de la batalla y ordenó a un pintor que capturara su expresión de amargura. Esta pintura es conocida como “Shikami no Zou” (el retrato de la mueca), y sirvió como un recordatorio constante de su derrota.
Cabe mencionar que la tercera y última de las tres grandes crisis de Tokugawa Ieyasu fue su huida a través de Iga (Iga-goe) después del incidente de Honnō-ji.
Esta serie de eventos y crisis en la vida de Tokugawa Ieyasu no solo muestra su capacidad para enfrentar y superar adversidades, sino también su determinación de aprender de sus errores y utilizar esas lecciones para consolidar su liderazgo y eventual dominio sobre Japón.
¿El Apodo de Tokugawa Ieyasu es Tanuki Oyaji (Viejo Mapache)?
El apodo de Tokugawa Ieyasu es “Tanuki Oyaji,” que puede parecer un poco despectivo para un gran héroe que unificó Japón. Sin embargo, hay varias razones detrás de este apodo. En primer lugar, se dice que el término “Tanuki Oyaji” encajaba bien debido al cuerpo robusto y gordo de Ieyasu.
Además, “Tanuki Oyaji” es una expresión que se utiliza para describir a un hombre viejo astuto y astuto. Tokugawa Ieyasu tenía cerca de 60 años cuando logró unificar Japón. También se le consideraba muy astuto, maquiavélico y sombrío. La reputación de Ieyasu como una persona astuta se consolidó con el incidente del grabado de la campana de Hōkō-ji, que desencadenó la Campaña de Invierno de Osaka.
Ieyasu, ansioso por encontrar un pretexto para destruir el clan Toyotomi, encontró uno en una inscripción en la campana de Hōkō-ji que decía “Que el país esté en paz.” Esta inscripción contenía la frase “kokka ankō” (paz para el país), que Ieyasu interpretó como una referencia a su propio nombre “Ieyasu” y afirmó que la frase implicaba dividir y destruir su nombre. Usó este argumento para justificar una invasión contra el clan Toyotomi.
Este incidente destaca la astucia y la naturaleza calculadora de Ieyasu, reforzando su apodo de “Tanuki Oyaji.”
Tokugawa Ieyasu y el Santuario Tōshōgū de Nikkō
Tokugawa Ieyasu está consagrado en el Santuario Tōshōgū en Nikkō, ubicado en la prefectura de Tochigi. Dado que Nikkō está bastante lejos de Edo y no tiene una conexión directa evidente con la vida de Ieyasu, surge la pregunta de por qué fue consagrado allí.
Una razón es que Nikkō está ubicado en la dirección de la estrella polar (Polaris) desde Edo. Polaris ha sido considerada un símbolo de estabilidad y permanencia desde la antigüedad. Al establecer su tumba en esta dirección, se cree que Ieyasu estaba simbolizando la estabilidad eterna y el dominio perpetuo del clan Tokugawa.
Además, Nikkō ha sido históricamente un centro de culto a las montañas y un lugar sagrado. Minamoto no Yoritomo, otro destacado líder samurái, también había hecho donaciones a esta área. Ieyasu, quien se autodenominaba descendiente del clan Minamoto, pudo haber buscado seguir los pasos de Yoritomo y “revitalizar Nikkō.” Al hacerlo, Ieyasu se posicionó a sí mismo como un héroe histórico, elevando su estatus y la autoridad del clan Tokugawa.
Originalmente, el santuario de Tōshōgū se llamaba “Tōshō-sha,” pero en el segundo año de la era Shōhō (1645) recibió el título de “Tōshōgū.” Este nombre significa “Santuario del Dios que Ilumina desde el Este,” indicando que Ieyasu, deificado, desempeñaría el papel de proteger y guiar a Japón desde el este.
El tercer shogun, Tokugawa Iemitsu, quien también era nieto de Ieyasu y su devoto seguidor, llevó a cabo una reconstrucción completa del santuario entre los años 1634 y 1636, conocida como la “Gran Reconstrucción de Kan’ei.” Esta renovación expandió y embelleció el santuario, convirtiéndolo en un símbolo aún más grandioso del poder y la prosperidad del clan Tokugawa.
La relación entre Tokugawa Ieyasu y el Santuario Tōshōgū de Nikkō va más allá de la mera devoción. Refleja las ambiciones políticas de Ieyasu, su respeto por la historia y su intención de dejar un legado duradero. La presencia de Ieyasu en este sagrado lugar sigue siendo una parte importante de su legado, permitiendo a los visitantes modernos sentir la profunda historia y la influencia continua del fundador del shogunato Tokugawa.
Resumen
¿Qué les ha parecido? En esta ocasión, hemos explorado quién fue Tokugawa Ieyasu, presentando una cronología breve, sus características personales, la causa de su muerte y varios episodios destacados de su vida. Desde su experiencia como rehén en su infancia, desarrolló una personalidad extremadamente perseverante. Conquistó el dominio de Japón, arrebatando el poder de Toyotomi Hideyoshi, quien había completado la unificación iniciada por Oda Nobunaga, y estableció el shogunato Tokugawa, logrando una era de estabilidad que duró aproximadamente 260 años. Su gran interés por la salud y su frugalidad también parecen derivar de su carácter perseverante.
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